El funcionamiento de las aplicaciones en segundo plano es uno de los aspectos más decisivos en la experiencia de uso de Android. Saber cuándo permitir que una app siga activa tras minimizarla puede suponer la diferencia entre sacar todo el partido a tu smartphone, o frustrarte con una batería que se agota rápidamente, notificaciones que no llegan o un móvil que va lento. Este artículo te ofrece una guía exhaustiva y completamente actualizada para conocer en profundidad qué son las aplicaciones en segundo plano en Android, ventajas, inconvenientes y cómo configurar cada detalle para tener el control adecuado.
¿Qué son y cómo funcionan las aplicaciones en segundo plano?
Una aplicación en segundo plano es aquella que permanece activa realizando tareas, aunque no esté visible o abierta en pantalla. Esto significa que, aunque dejes de usar una app y abras otra, muchas continúan sincronizando datos, actualizando información y preparándose para enviarte notificaciones. Así, por ejemplo, Gmail puede seguir revisando si tienes nuevos correos, WhatsApp mantiene la recepción de mensajes y Spotify puede terminar de descargar una canción.
Este comportamiento responde a la filosofía de Android: maximizar la rapidez y la conectividad. Gracias a ello, cuando abres de nuevo una app como una red social o de mensajería, todo está actualizado al instante y recibes notificaciones en tiempo real, sin esperas. Android, además, istra la memoria RAM para priorizar qué procesos deben seguir activos y cuáles pueden cerrarse, adaptándose a los recursos disponibles y las prioridades de uso.
No obstante, hay que tener en cuenta que no todas las apps hacen el mismo uso del segundo plano: algunas ejecutan procesos mínimos y otras pueden ser auténticas devoradoras de batería y datos.
Ventajas de permitir aplicaciones en segundo plano
- Notificaciones instantáneas y sin pérdida de mensajes: Las apps de mensajería, correo, calendario, alarmas y redes sociales pueden avisarte en tiempo real, incluso si no estás usándolas directamente. Esto es vital para no perder avisos importantes o mensajes urgentes.
- Actualización y sincronización continua: Permitir apps en segundo plano asegura que al abrirlas estén ya sincronizadas, su contenido actualizado y los datos preparados. Así evitas esperas y ahorras tiempo cada vez que accedes a la app.
- Correcto funcionamiento de widgets y dispositivos conectados: Muchas funciones como widgets, relojes inteligentes o pulseras de actividad dependen de procesos que siguen funcionando tras cerrar la app principal.
- Mejor experiencia de en servicios conectados: Las apps de mapas, música en streaming, servicios meteorológicos y plataformas de banca online requieren procesos en segundo plano para operar bien, enviar alertas, terminar descargas o actualizar la ubicación.
- Procesos automáticos importantes: Copias de seguridad, actualizaciones del sistema o sincronización de fotos en la nube son posibles gracias al trabajo silencioso en segundo plano.
Desventajas de las aplicaciones en segundo plano
- Consumo excesivo de batería: Las aplicaciones que más procesan o requieren sincronización constante consumen más energía, provocando que la autonomía del móvil disminuya notablemente.
- Pérdida de rendimiento y lentitud: Un exceso de apps abiertas y funcionando en segundo plano puede saturar la memoria RAM, ralentizar el sistema y dificultar la multitarea.
- Consumo de datos móviles inesperado: Si no estás conectado a Wi-Fi, muchas apps pueden gastar megas de tu tarifa al sincronizar o descargar contenido. En planes limitados, esto puede suponer un problema a final de mes.
- Riesgos de privacidad: Hay aplicaciones que recopilan datos en segundo plano, envían estadísticas o generan seguimiento sin que el lo advierta.
- Posibles conflictos de funcionamiento: Si el sistema detecta demasiados procesos activos, puede cerrar forzosamente apps o servicios clave para liberar memoria, lo que puede provocar que no lleguen notificaciones o se pierda información temporal.
¿Cuáles son las apps más habituales que trabajan en segundo plano?
- Redes sociales: Facebook, Instagram, Twitter, TikTok… sincronizan y actualizan feeds, contestan mensajes directos y generan muchas notificaciones.
- Apps de mensajería instantánea: WhatsApp, Telegram, Messenger o Signal necesitan recibir mensajes aunque no estén abiertas, igual que los servicios de SMS modernos.
- Correo electrónico: Gmail, Outlook y similares revisan automáticamente la llegada de emails y gestionan notificaciones de agenda y eventos.
- Streaming de música y vídeo: Spotify, YouTube Music, Apple Music y similares pueden terminar descargas, actualizar bibliotecas y mantener la reproducción.
- Mapas y apps de navegación: Google Maps, Waze y aplicaciones de movilidad suelen actualizar ubicación, rutas y tráfico.
- Apps bancarias, de salud o de control del hogar: Muchas requieren notificaciones y sincronización constante para alertas críticas.
- Juegos online: Mantienen la conectividad para partidas en tiempo real, ranking o eventos, incluso cuando no los ves en pantalla.
¿Debo cerrar las aplicaciones en segundo plano? ¿Es bueno hacerlo?
Mucha gente piensa que cerrar todas las apps en segundo plano mejora el rendimiento y ahorra batería. Sin embargo, Android istra la memoria de manera eficiente y suele ser más perjudicial cerrarlas manualmente si las usas a menudo. Cuando cierras apps y las vuelves a abrir, el sistema gasta más recursos reiniciándolas desde cero, lo que puede consumir más batería y ralentizar el teléfono.
Aun así, puede ser recomendable cerrar procesos innecesarios o aquellos que están consumiendo recursos de forma excesiva (por ejemplo, apps mal optimizadas, con errores o que ya no usas frecuentemente). Android, por sí mismo, prioriza cerrar procesos de baja importancia cuando necesita recursos.
No es bueno cerrarlas todas indiscriminadamente:
- Las apps que usas mucho (Gmail, WhatsApp, Instagram) se benefician de estar en RAM.
- Cerrar apps clave puede provocar retrasos en notificaciones y mayor gasto de batería al reabrirlas.
- Las aplicaciones de limpieza que prometen mejorar el rendimiento cerrando apps automáticas suelen aumentar el consumo y resultar inefectivas.
¿Cuándo desactivar el funcionamiento en segundo plano?
- Apps poco usadas: Si tienes aplicaciones que apenas utilizas y no necesitas notificaciones, desactiva el funcionamiento en segundo plano para ahorrar batería y datos.
- Batería baja frecuentemente: Si tu móvil se descarga muy rápido, revisa qué apps consumen más energía y limita su actividad tras cerrarlas.
- Plan de datos muy limitado: Si tienes pocos megas, impide el uso de datos en segundo plano en apps innecesarias, priorizando solo aquellas que realmente requieres.
- Problemas de temperatura o lentitud: Un exceso de procesos puede hacer que el móvil se caliente o se vuelva lento, por lo que limitar apps en segundo plano ayuda a recuperar velocidad y evitar sobrecalentamientos.
- Privacidad y seguridad: Si te preocupa que ciertas apps recopilen información en segundo plano, revisa sus permisos y limita el a internet o la actividad autónoma.
Cómo controlar, limitar y optimizar las aplicaciones en segundo plano en Android
Android ofrece diferentes niveles de control sobre el funcionamiento de las apps en segundo plano. La forma de gestionar estas opciones puede variar ligeramente según la versión o la capa de personalización, pero en esencia, los principios son los mismos.
1. Desactivar datos en segundo plano de apps concretas
- Abre la app Ajustes en tu dispositivo.
- Ve a Redes e Internet o Conexiones (puede cambiar el nombre).
- Selecciona Uso de datos y, dentro, Datos en segundo plano.
- Elige la app que deseas limitar y desactiva su permiso de uso de datos en segundo plano.
2. Activar el modo de Ahorro de datos
- Accede a Ajustes y busca Redes e Internet.
- Entra en Ahorro de datos y actívalo para que solo las apps en primer plano accedan a internet.
- Puedes añadir excepciones para apps imprescindibles, como WhatsApp o Gmail.
3. Gestionar la optimización de batería
Desde Ajustes > Aplicaciones > Optimización de batería, puedes marcar apps para que el sistema no las limite en segundo plano, asegurando la llegada de notificaciones. Es útil para mensajería o apps críticas.
4. Uso de permisos avanzados y gestores internos
Además del control básico, en versiones recientes de Android puedes revisar, desde Ajustes > Privacidad > Gestor de permisos, qué aplicaciones tienen a funciones sensibles (cámara, ubicación, os…). Desde aquí puedes revocar permisos que permitan funcionar en segundo plano, especialmente para apps que no deberían hacerlo.
5. Opciones de desarrollador: control total para s avanzados
- Activa las Opciones de desarrollador entrando en Ajustes > Acerca del teléfono y tocando varias veces el número de compilación.
- Dentro de las opciones de desarrollador, entra en Servicios en ejecución para ver las apps activas, cuánto RAM consumen y forzar su cierre si lo necesitas.
- Esto permite identificar apps problemáticas que ralentizan el sistema o gastan recursos.
6. Monitorea el consumo de batería y memoria
Desde Ajustes > Batería, consulta qué apps son las más gastonas y limita su funcionamiento en segundo plano. Lo mismo puedes hacer en los apartados de Memoria.
7. Actualizaciones de Android y las restricciones cada vez mayores
Con cada nueva versión de Android, se endurecen las restricciones a las apps en segundo plano para priorizar la seguridad, privacidad y duración de batería. Por ejemplo, desde Android 10 se limita mucho más cuándo una app puede iniciar actividades en segundo plano si el no lo solicita explícitamente, y desde Android 14 se requiere una aceptación adicional aún.
Cómo ver y cerrar aplicaciones en segundo plano paso a paso
Método rápido: menú de aplicaciones recientes
- Pulsa el botón de aplicaciones recientes (en la parte inferior del móvil).
- Desliza hacia arriba o hacia los lados las apps que quieras cerrar.
- En algunos dispositivos, existe la opción Cerrar todo.
Método avanzado: ajustes específicos
- Desde Ajustes > Apps > App concreta > Forzar detención, puedes cerrar procesos problemáticos.
- Las apps preinstaladas que no usas pueden ser inhabilitadas desde este menú para no consumir recursos.
- Desinstala apps que no utilices para reducir el número de procesos activos y liberar recursos.
Consejo: si identificas apps que no reconoces o llevan mucho sin usarse, plantéate eliminarlas y ganarás rendimiento.
Permisos y control granular: gestiona qué apps pueden hacer de forma precisa
Desde los Ajustes > Privacidad > Gestor de permisos puedes elegir si una app puede acceder siempre a la ubicación, solo cuando se está usando o nunca. Lo mismo aplica para la cámara, micrófono o a fotos, lo cual limita enormemente la capacidad de trabajar en segundo plano para ciertas apps.
Además, puedes marcar que Android pause la actividad de apps que no usas tras un periodo de inactividad, evitando que consuman recursos innecesariamente.
¿Cómo evitar que las aplicaciones se cierren en segundo plano?
- Abre Ajustes y selecciona Aplicaciones.
- Busca la app que quieras proteger.
- Entra en Optimización de batería y marca «No optimizar» para esa app.
- Así garantizas que la app seguirá activa aun cuando el sistema quiera cerrarla.
Esto es esencial para apps de mensajería, alarmas, servicios médicos o cualquier tarea crítica.
Consejos extra para optimizar el uso de aplicaciones en segundo plano
- Elimina apps que no utilices: Reduce el consumo innecesario de recursos y mejora el rendimiento general.
- Actualiza el sistema y tus aplicaciones: Las actualizaciones suelen incluir mejoras de gestión de segundo plano y seguridad.
- Utiliza funciones integradas de optimización automática: Muchos móviles incluyen sistemas para limpiar apps en segundo plano automáticamente (en Batería o Cuidado del dispositivo).
- Evita instaladores de «limpieza milagrosa»: Confía solo en las herramientas oficiales de Android para gestionar la memoria y procesos activos.
- Controla los widgets: Tener demasiados activos puede aumentar notablemente el consumo de recursos en segundo plano.
Dominar el comportamiento de las aplicaciones en segundo plano es esencial para optimizar tu experiencia Android. Saber cuándo permitir o limitar apps según tus prioridades te garantiza mejor autonomía, seguridad, rendimiento y que ninguna notificación importante se pierda. Adapta los ajustes a tu caso y aprovecha todas las herramientas que te ofrece el sistema, manteniendo un control consciente de tus recursos y privacidad.